Resiliencia es una palabra nueva que se usa comúnmente cuando se habla de la manera en que debería ser/actuar una persona ante una situación. Pero si no tienes una idea clara de su profundidad, no te preocupes, aquí tienes una pequeña exploración al concepto y más información sobre fortalezas de carácter.
Una persona se puede reconocer como resiliente cuando logra superar un fracaso de forma creativa o con humor, cuando logra tomar control de sus emociones, cuando es consciente del impacto del fracaso que le ayuda busca ayuda y a encontrar la oportunidad de solución. Y sí, parece una fórmula mágica difícil de conseguir, y un reto para un adulto que pretende educar a un niño con tal fortaleza de carácter. No es imposible, una vez que lo conoces podrás identificar aquellas experiencias que permiten su crecimiento.
Por ejemplo, a todas nos ha costado lograr que nuestro hijo intente dormir en su habitación o comer por sí solo, pero lo hemos logrado. En este tipo de experiencias nuestro hijo aprende a ser adaptativo, a resolver contratiempos, a tomar control de sus emociones para salir adelante. En el caso de comer solo podemos estimular aún más su crecimiento dándole un lugar y utensilios adecuados, brindándole opciones diversas de sabores, texturas y temperaturas, permitirle usar la mano, derramar, ensuciarse o solo rechazar los alimentos. De esta manera, la experiencia de comer se vuelve un reto guiado que deberá superar por sí mismo: mejorará la técnica para tomar los alimentos, escoger su comida favorita y experimentar cada vez que lo haga.
Aunque para muchos el comer sea mera sobrevivencia, en realidad puede ser una herramienta de aprendizaje, solo debemos aprender a vivir conscientemente día a día este proceso. Y esta es solo una de las experiencias donde el crecimiento de un carácter resiliente es evidente. Pero como ves, no es tan extraña ni lejana de la vida real.
Ximena Margarita Villota
Maestra en Home Kids