En los primeros años de vida nuestros niños deben aprender a convertirse en seres autónomos e independientes realizando actividades como comer, caminar, hablar, etc. Justamente hablar es una de estas habilidades, y es aquella a la que más atención le prestamos nosotros como padres. Saber utilizar las palabras correctas y pronunciarlas de forma adecuada es fundamental para una buena comunicación, en eso recae su importancia. Con el tiempo vemos que los niños nutren su vocabulario y van afinando su dicción, pero ¿qué pasa cuando estos problemas de pronunciación se extienden demasiado en el tiempo?
La dicción hace referencia a la forma en cómo usamos las palabras para formar frases, tanto de forma oral como escrita, y en sentido amplio a la forma de expresarse que tiene una persona. Hay niños que les cuesta pronunciar algunas palabras pero nada que con unos sencillos ejercicios no podamos superar. Si bien cuando los niños son pequeños nos puede parecer divertido y simpático oír cómo pronuncia las palabras, no podemos quedarnos con las risas. Es importante corregir esto con el objetivo de que aprenda a comunicarse de manera eficiente. Aquí te mostramos unos cuantos ejercicios para mejorar en este aspecto:
➤ Respiración: Es importante adquirir un patrón respiratorio diafragmático adecuado. De esta manera, el niño aprenderá a dosificar su aire en función de aquello que queremos decir en cada momento. Para reforzar este punto los ejercicios de mindfulness de respiración son los más adecuados.
➤ Repetir trabalenguas: De esta manera, el niño ganará agilidad articulatoria, lo que hará que mejore y tenga un habla que se comprenda y entienda.
➤ Repetir poesía: De esta manera, el niño mejorará la forma de ser oído con nitidez y sin dificultad.
➤ Repetir en voz alta los cuentos que le leas: Es muy importante para trabajar la dicción, y ayudará al niño a ejercitarla.
➤ Lectura sobrearticulada: Es una técnica que permite al niño adquirir una buena pronunciación de cada fonema. Esto significa exagerar la articulación de cada sonido al hablar.
➤ Ejercicio del lápiz: Coloca un lápiz o un palito entre los dientes del niño y pídele que repita algunas palabras o frases en voz alta. De esta manera, su lengua y sus músculos faciales deberán esforzarse más para obtener una mejor dicción. Se puede hacer también improvisando una conversación.
➤ Lenguaje corporal: El lenguaje no verbal es igual de importante que el lenguaje verbal a la hora de transmitir un mensaje. Por ello, a pesar de trabajar el lenguaje oral, es importante no olvidar nunca este aspecto.
Estos son algunos de los ejemplos de ejercicios que se pueden realizar. Debemos enfocarlo siempre de forma lúdica, y animar al niño reforzando sus progresos. En caso de que necesite ayuda, no dude en contactar con un especialista para determinar si se trata de un problema mayor o solo de un mal hábito. En muchos casos son los niños los que se encuentran frustrados al no poder hablar con fluidez, así que lo mejor será que tomemos cartas en el asunto antes de que derive en otros problemas más serios. Por esta razón veamos las señales de alerta de problemas con el lenguaje:
➤ El bebé es silencioso y no balbucea.
➤ Durante los primeros meses no hace caso a los ruidos, apenas emite sonidos.
➤ Entre los 12 y 24 meses no comprende órdenes sencillas, ni tampoco desarrolla el lenguaje espontáneo.
➤ A los dos años no ha dicho ninguna palabra. Ni siquiera pronuncia pseudopalabras con sonido similar al de la lengua materna.
➤ A los tres años, las personas mas cercanas no logran entender su lenguaje. Ya debe hablar o emitir sonidos, pero estos son comprensibles por las personas cercanas.
➤ Tampoco toma iniciativa para comunicarse, ni es capaz de construir frases sencillas.
➤ Si no entiende frases sencillas.